Rolando Molina Martínez,
Coordinador Nacional de Investigación
de Universidad del Alba.
El fenómeno migratorio como tal posee oportunidades y dificultades que pueden o no ser beneficiosos, tanto como para el individuo como para la comunidad. En primer lugar, éste abarca factores sociales, tales como el encuentro con una nueva cultura, ya sean creencias, costumbres lingüísticas, políticas, normativas y apoyo social, que pueden llegar a influenciar directa o indirectamente la salud mental del estudiante dentro de un contexto.
La migración presenta una problemática importante denominada estrés o duelo migratorio, duelo que se basa en elaboración de la pérdida que comienza cuando una persona emigra hacia otro país, siendo un proceso que puede terminar de manera exitosa o, por el contrario, volverse un fenómeno patológico, como por ejemplo un trastorno de ansiedad o del aprendizaje, ya que depende de los recursos y estrategias de adaptación de cada persona.
Por lo tanto, debe existir la construcción de una sociedad mucho más justa en términos de derechos, esto desde una mirada más inclusiva y avalada por procesos migratorios sustentados no sólo desde las políticas educativas, entendiendo que este proceso es un factor clave por aquellos actores que llevan un proceso además de integración e inclusión.
Según lo anterior es que el debate debe plantear aspectos fundamentales tales como no sólo recibir a los estudiantes en las escuelas, sino también garantizar el resguardo de ellos desde una reflexión constante de cómo lograr la adaptación necesaria desde los contextos escolares y una multiplicidad de historias e identidades. En este sentido, la migración no puede ser vista como una barrera o un problema a los procesos escolares, sino como una posibilidad de construcción a la multiculturalidad como región Latinoamericana.
La educación debe transformarse en un espacio educativo inclusivo, no sólo desde las necesidades educativas especiales, sino también desde los procesos pedagógicos marcados de experiencias y significados de vida tanto personal como colectiva.
Dentro de toda esta problemática existen también ciertos factores de base: no podemos atribuir la tarea de adaptación solamente a las instituciones educativas, sino también a una sociedad completa; y las dinámicas que hoy en día pueden darse son, sin duda, a las problemáticas de los infantes inmigrantes y de cómo ellos resignifican sus espacios en lugares culturalmente distintos.
Para este proceso de niños migrantes debe existir un diálogo basado en la reconexión emocional entre los adultos y los niños y niñas que están sumamente vulnerables a un sistema poco inclusivo socialmente.