A casi dos meses de asumir como nuevo Director de Medicina de la sede Santiago de la Universidad del Alba, el Doctor Rubén Urrejola recuerda haber tomado “con mucho cariño” la oportunidad para también transmitir su experiencia a las nuevas generaciones.
Con una amplia trayectoria, el médico cuenta que estudió en la Universidad de Concepción para luego tener una importante experiencia, durante distintas etapas de su carrera, en la Fundación Arturo López Pérez, donde incluso se desempeñó como Director de Desarrollo Regional e Internacional y Director Médico.
Pero su camino en el área de la salud no solo ha estado ligado a la realidad chilena: también vivió tres años en Alemania gracias a la beca Odeplan –hoy Mideplan– en el Instituto de Tumores de Alemania Occidental, donde hizo su segunda especialización en Cirugía Oncológica.
“Posteriormente volví a la Fundación Arturo López Pérez, que ha sido mi alma mater, ya que he pasado la mayor parte de mi tiempo de forma asistencial y también como académico. Después de dos años me fui tres meses a Japón a hacer un curso que se llamaba Cirugía del Cáncer Gástrico Precoz, luego volví otros dos años a la Fundación López Pérez, donde mi posición consistió en ser Jefe del Equipo de Oncología Ginecológica”, recuerda.
A ello suma un paso de tres años como Chief Medical Officer en el Scheer Memorial Hospital Nepal. “Esa fue una experiencia muy enriquecedora, no solo en cuanto a las técnicas quirúrgicas utilizadas, ya que yo venía con una súper especialización en cirugía de cáncer, sino que también por la oportunidad que tuve de conocer una cultura que era absolutamente desconocida para mí. Fue muy reconfortante poder ayudar y contribuir con la cirugía oncológica”.
En esa línea, el académico comenta que “de vuelta en la Fundación López Pérez me ofrecieron ir por algunos meses a África, a Somalia, que estaba en plena guerra entre dos facciones que había en una ciudad tan linda, que se llama Adale, en el norte de Somalia, donde había un pequeño hospital y ahí fue una de las experiencias más enriquecedoras de la vida porque no solo operé afecciones tumorales, aunque de gran magnitud por la implementación del hospital, sino que también pude adentrarme un poquito en la cultura y tener una mirada muy crítica, por ejemplo, de la famosa circuncisión femenina”.
Sobre su experiencia, destaca que “un día me di cuenta de que en el pueblito donde estaba este hospital, a 200 kilómetros al norte de la capital, Mogadiscio, había unos niños que se asomaban a las puertas de sus casitas, pero no se atrevían a salir y cuando uno pasaba, se escondían. Pregunté de qué se trataba y eran niños con labios leporinos y que en ese lugar se consideraba como que eran de segunda categoría o incluso algunos llegaban a decir que tenían una maldición y por eso los niños nacían así”.
“Los llevé al hospital y empecé a operar. Cuando estaba volviendo, una de las alegrías más lindas que tuve en mi vida fue ver a esos niños corriendo y jugando felices por todo el pueblo, porque ya eran otras personas. Tenían sus labios reconstruidos y ya no se consideraban como algo ajeno a la población de ese entonces”, valora.
En Santiago
Ya de vuelta en la Fundación López Pérez, el Dr. Urrejola se desempeñó como Director Médico “y pudimos establecer una serie de normas, protocolos, acreditación de la institución, relacionarnos y entendernos con países limítrofes como Perú y Bolivia, donde la fundación, hasta hoy, tiene alguna sede que reporta una serie pacientes a nivel internacional”.
“Luego de eso consideré que 10 años en la dirección era tiempo suficiente para dejarla porque uno ve las cosas de una manera distinta a como lo ven los jóvenes y acepté un cargo para la Organización de la Oncología dependiente de la Isapre Consalud. Se llamaba Oncosalud, estuve tres años allá y posteriormente me fui como médico a la Clínica Arauco”, puntualiza.
Tras esos años, el camino de Rubén Urrejola se cruzó con el de la Universidad del Alba: “Luego de eso, la verdad es que yo pensé en terminar mi vida profesional hasta que me llegó esta invitación de la Universidad del Alba, que acepté con mucho cariño porque en la experiencia de un médico, estar con docentes, poder transmitir su experiencia como cirujano a nuevas generaciones es una gran oportunidad de vida y por eso estoy aquí”.
– ¿Cómo ha sido su experiencia como Director de Medicina en UDALBA Santiago?
“Es un punto bien sensible porque en realidad, para un cirujano y médico clínico como yo, con toda su vida dedicada a atender enfermos, aunque estuve dirigiendo instituciones también, es distinto entrar a una universidad en que hay una estructura docente, hay reglamentos docentes y una serie de cosas que a uno le son ajenas, y la verdad es que si bien me interesa mucho el contacto con mis alumnos, he tenido poco tiempo para dedicarles a ellos, visitar los campos clínicos, ver qué problemas tienen, porque he tenido que concentrarme en aprender una serie de procedimientos y mecanismos que son indispensables para que, en este caso en que toda la comunidad universitaria estamos inmersos en el proceso de acreditación, y no solo en la universidad sino que también en la carrera de Medicina, creo que hay que poner todas las capacidades y esfuerzo para salir adelante con esto y luego progresivamente ir haciéndole frente a los desafíos, especialmente clínicos que tiene el director de una carrera de Medicina”.
– El foco de Medicina UDALBA está puesto en la Atención Primaria en Salud. ¿Cómo puede ayudar esto a los y las estudiantes de la carrera?
“La atención primaria es un lema de esta Universidad y hay una serie de ramos y prácticas clínicas que hacen que nuestros estudiantes entren en contacto directo con la atención primaria. ¿Por qué es importante la atención primaria? Porque es el primer contacto del estudiante con un sistema de salud, y no solamente la atención primaria quiere decir que voy a tratar la patología por la cual me están consultando, sino que por detrás hay mucho, como la cultura del paciente, su familia, el desconocimiento de lo que es la prevención de las enfermedades, por lo tanto la atención primaria a nosotros nos parece que es algo que debemos reforzar en nuestros estudiantes, pero no descuidar que el ser médico no es solamente atender atención primaria, porque nos hemos dado cuenta de que los currículum normales o habituales de las universidades en general no ponen mucha atención en eso, pero quiero dejar claro que nosotros sí ponemos atención en eso, pero no descuidamos la formación integral de un médico que debe saber de cirugía, pediatría, medicina interna y todos los ramos de la carrera, todo lo que significa ser un médico integral. Después cada uno elegirá su senda de especialización y se podrá dedicar o a la atención primera, cirugía, psiquiatría o múltiples especialidades que la medicina tiene que ver y que nuestro país requiere también”.
– ¿Cómo ha visto el trabajo en campos clínicos?
“Afortunadamente, hemos tenido una muy buena relación con los Cesfam de diversas municipalidades y ahí muchos de nuestros estudiantes han hecho una muy buena práctica. He recibido información de estudiantes que incluso durante la pasada de atención primaria de su internado han estado allá y me han contado que se han sentido realmente gratificados por la posibilidad de interactuar con el paciente en su contexto general. No solo le doy una pastillita para que se le pase el dolor, sino que lo conozco y tengo la oportunidad de saber qué hay detrás de esa persona, qué lo ha motivado, probablemente, a una consulta, por lo tanto, pienso que esa directiva de la Universidad del Alba es muy buena y va ayudar a muchos médicos a solucionar un gran problema, que es la atención primaria, descomprimiendo los siguientes niveles de atención más complejos”.
– Para los y las estudiantes de Medicina debe ser muy importante conocer la realidad de la salud pública, al igual que la privada.
“La salud pública en Chile, yo creo, ha hecho esfuerzos notables por ser buena, pero falta mucho todavía. El 80% de la población es la que está siendo atendida por la salud pública, hacemos hospitales y consultorios, pero no dan abasto y si uno conoce las cifras de retraso en la atención que hay ahora, es realmente increíble la cantidad de pacientes que esperan hasta dos años por una consulta, cirugías que están atrasadas más de un año y deberían haberse operado, pacientes con cáncer que tenían un diagnóstico en etapa precoz y que por este retraso de la atención ya no están en etapa curable. Pero tampoco culpemos a la estructura básica de servicio de la salud pública porque hemos estado dedicados casi un cien por ciento a tratar esta pandemia, de la cual esperamos que ya vayamos saliendo para que volvamos a recuperar las cifras de atención. Por eso necesitamos sacar más médicos, más especialistas y por eso estoy contento porque en nuestra Universidad está la idea de, luego del pregrado, partir con especializaciones postgrado en la Medicina y ahí veremos por qué nos vamos a caracterizar y qué especialidades son las más requeridas en el país para que podamos contribuir también mucho mejor a la salud”.
– ¿Qué consejo le daría a la comunidad estudiantil UDALBA o quienes están pensando en matricularse en una carrera como Medicina?
“Ahí también tengo un punto sensible porque cuando uno es médico está en la primera línea de todo. Yo no me voy a quedar en mi casa porque de repente hubo una manifestación y puede que algo pase. Trataré de hacerle el quite a la manifestación, pero voy a cumplir mi deber. Y en este caso, a mis alumnos les digo que lo primero en este lapso de su vida es dedicarse cien por ciento a sus estudios y carrera, que no haya nada que los desvíe de esto porque en Medicina la verdad es que no se necesita ser extremadamente inteligente, sino que ser constante y estudioso. Ya habrá tiempo para otras cosas, pero cuando uno quiere ser médico, se mete en una responsabilidad que no es igual a la de otras carreras porque las otras carreras en realidad no dedican el cien por ciento, pero Medicina sí lo requiere y no hay excusa para no estar en la primera línea en todo momento”.
– Precisamente para seguir avanzando en el desarrollo de sus estudiantes fue inaugurada en Santiago y La Serena una Sala de Virtualización. ¿Cómo podría ayudar eso a estudiantes de Medicina UDALBA?
“Yo creo que ese es un gran paso que la Universidad ha dado y no solo esta, la mayoría de las universidades ya están en esa línea porque hay una serie de factores que hacen que la práctica del estudiante de Medicina no sea tan fácil como era antes, entonces la sala de virtualización o de simulación está reemplazando muchas de las acciones que con mucha dificultad se conseguían. En cambio, ahora he tenido la oportunidad de ver en nuestra sala de virtualización, por ejemplo, una mamografía, un scanner, una ecografía, y realmente las imágenes son extraordinarias. Están hechos tan bien los casos, que llega un paciente y dice ‘a mí me duele el pecho’, y le pregunta al estudiante o médico cuáles son las posibilidades de diagnóstico (…) Tenemos que divulgarlo, socializarlo con nuestros docentes, adquirir más software de las distintas especialidades médicas, de tal manera que se utilice al máximo la sala porque pienso que es un aporte muy trascendental para la docencia en Medicina”.
– Usted lo mencionó: no solo la Universidad del Alba está en medio de un importante proceso de acreditación, sino que la carrera de Medicina busca la reacreditación. ¿Cómo ha visto este proceso?
“Este proceso nos está quitando el sueño, en realidad. Estamos en modo acreditación, todo el mundo en esta Universidad, desde el Rector hasta estudiantes y funcionarios, estamos preocupados de esto porque es trascendental para nuestro futuro que nuestra Universidad se acredite, y nuestra carrera de Medicina especialmente, que es lo que me quita el sueño a mí. Hay que empezar a aprender muchas cosas, estar atentos a que se cumplan todos los protocolos, que las cosas se hagan correctamente y espero que acreditemos y podamos salir adelante. La Universidad del Alba está en la vista de muchas otras instituciones, por lo tanto, debemos ser buenos, hacer las cosas correctamente, controlar todos nuestros procesos y sacar buenos médicos para la comunidad, y eso se hace respetando estas normas académicas que hay de acreditación”.