Por Florencia Léniz
La Inauguración del Año Académico 2022 reunió a toda la comunidad Udalba, incluido su directorio, que aprovechó de reencontrarse y escuchar las palabras de nuestro invitado, el filósofo y musicólogo Gastón Soublette.
Entre los directivos de la Universidad del Alba se encontraba el académico Mario Letelier Sotomayor, ingeniero civil mecánico, director del Centro de Investigación en Creatividad y Educación Superior de la Universidad de Santiago, y quien el año pasado lanzó el proceso de autoevaluación institucional en nuestra casa de estudios.
Letelier Sotomayor fue parte del Consejo Superior de Educación en los años 90, y luego integró la Comisión Nacional de Acreditación de Pregrado (CNAP), organismo en el que se mantuvo durante sus ocho años de existencia (1999-2007). También, hizo mención de sus dos años en la actual Comisión Nacional de Acreditación (CNA) y como parte de las comisiones visitantes de pares a instituciones. De hecho, en la última acreditación institucional de la Universidad de Chile fue el presidente de la Comisión de Pares que estuvo a cargo de esa evaluación.
Durante el evento compartió parte de sus impresiones sobre el Proceso de Acreditación y lo que se viene por delante.
-¿Cuáles son sus impresiones respecto de esta Inauguración de Año Académico 2022?
–Esta ceremonia de inauguración, tal como lo dijo el Rector Rafael Rosell, que creo que lo resumió muy bien, incluye muchos aspectos emotivos y significativos, como el lanzamiento del nuevo nombre de la Universidad, con su nueva estructura y su nueva filosofía educativa. Hubo una conferencia de una persona muy notable, que llama la atención sobre algunos aspectos de la formación humana que a veces tienden a quedar en segundo plano en las universidades. Personalmente, estoy muy contento de haber venido y retomar el contacto físico con los colegas, con todo el personal, los estudiantes y la Universidad.
-¿Cómo ve el Proceso de Acreditación de aquí en adelante?
-La verdad es que estos procesos siempre tienen varias incógnitas, porque por algo están estructurados de una manera en la cual hay una versión interna del estado de la institución que la generan los mismos integrantes de la Universidad, que se llama la evaluación interna, porque hay otra externa. Es lo mismo cuando un alumno puede creer que está muy preparado para una prueba y el profesor piensa otra cosa muy distinta y le va mal.
Dentro de ese contexto, la visión nuestra es que estamos mucho mejor preparados que la vez anterior. Algunas debilidades bastante duras que teníamos antes en la parte económica, en la parte de gestión, en lo relativo a las carreras, todo eso fue corregido de forma muy notable. Entonces si tuviera que apostar, apostaría a que seremos acreditados. No sé por cuantos años, pero hay una gran diferencia entre serlo y no serlo, los años son algo más secundario.
-¿Qué significa la acreditación?
-Lo primero es que da una adecuada publicidad del suceso. Eso implicaría primero que para los internos, para quienes probablemente lo más importante es sentir que su apuesta de inscribirse, de matricularse y de vivir en esta Universidad, su vida académica tuvo sentido. Que la confianza que tuvieron en la nueva autoridad estuvo bien puesta y, al mismo tiempo, también un futuro mejor para la Universidad, porque va a tener más solidez en admisión, en la postulación, los profesores se van a interesar más en trabajar acá. En fin, es innegable que cuando hay un elemento de prestigio de esa naturaleza se benefician todos los internos y el país también”.