Valentín Volta es profesor de historia y geografía, abogado y magíster (e) en Ciencias Sociales. Además de ser pampino –nació en la oficina salitrera Flor de Chile, en el cantón de Taltal, en la década del 60–, fue intendente de la región de Antofagasta entre el 2014 y el 2016, bajo el segundo gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet. Con ese profundo conocimiento de la zona, hace un año fue nombrado Vicerrector de UDALBA Antofagasta.
–Este año se abrieron las matrículas para las carreras de Medicina Veterinaria e Ingeniería Ambiental en UDALBA Antofagasta ¿Por qué se abrieron estas carreras y cómo ha sido el recibimiento de la comunidad?
“Partimos haciendo un análisis primero en relación a Medicina Veterinaria. Se abre esencialmente por dos datos. Uno, que en ninguna de las regiones del Norte Grande (Arica y Parinacota, Tarapacá y Antofagasta) e incluso Atacama, las universidades públicas o privadas han tenido o tienen la carrera. Y acá hay desarrollo de animales menores y, en alguna medida, animales mayores vinculados a la fauna de camélidos de la zona andina, como guanacos, vicuñas, llamas y alpacas llamas. Y dos, obtuvimos un dato bien relevante, que es que por lo menos hasta la matrícula del 2021, el 15% de los estudiantes de medicina veterinaria de UDALBA eran de Antofagasta y un porcentaje un poquito menor eran de Arica y de Iquique, entonces nos dimos cuenta de que había una gran demanda de la comunidad y cero propuestas. Y a la fecha nos ha ido muy bien, teniendo incluso que apertura matrículas para dos secciones de 40 cada una. El día 20 de septiembre, en que partieron las matrículas tempranas, hubo filas para hacer consultas o derechamente postular a la carrera.
Sobre la carrera de Ingeniera Ambiental, en cambio, tiene que ver principalmente con una mirada que empezamos a generar como equipo UDALBA Antofagasta, más de futuro y en nuestra relación con el entorno más inmediato. Antofagasta se caracteriza por su matriz económica productiva vinculada a las industrias de la minería y energía, todas actividades que, si bien tienen responsabilidades asociadas a los permisos ambientales, no por ello no son generadoras de grandes impactos ambientales. Nosotros observamos que la universidad tiene que dar una respuesta a esa industria formando profesionales que, desarrollando la actividad minera o energética, den soluciones para que esta industria avance hacia una industria verde, que sea amigable y respetuosa del ecosistema. En otras palabras. queremos avanzar hacia una Universidad Verde que como tal, se alce como socia estratégica de una Industria que también avance a sustentabilidad ambiental. Desde este punto de vista, nos pareció pertinente una oferta académica del o la profesional ingeniero ambiental conforme a ese perfil. Esta carrera la lanzamos hace 4 semanas y estamos trabajando los focos de admisión. Si bien esta carrera se dicta en varias universidades, queremos perfilarla con pertinencia regional hacia las industrias propias de la región.
–¿Cuál es la importancia de esta facultad en la zona?
“Junto con las dos carreras que en sí misma son relevantes, llega por primera vez a UDALBA Antofagasta, con la tradición de la Universidad Pedro de Valdivia, y también al Norte Grande del país, incluida la Región de Atacama, una nueva Facultad, la Facultad de Ciencias Agropecuarias. Sólo existe una Facultad en la Universidad de Tarapacá en Arica, que es la Facultad de Ciencias Agronómicas, pero en el resto de la oferta académica no existe esta facultad. ¿Y por qué es tan importante? Somos una región minera y energética y, para desarrollarla, necesitamos una vasta industria logística, necesitamos puertos, aeropuertos, ferrocarriles, camiones, y todo eso existe acá de forma significativa. Junto con eso también hay actividades, a menor escala, agropecuarias. De hecho, la estrategia regional de desarrollo de las tres regiones del Norte Grande plantea la posibilidad de la denominada autonomía alimentaria, eso significa que seamos capaces, con los pocos espacios verdes que tenemos de agricultura o de ganadería, de desarrollar actividad que permita suministrar productos alimenticios propios derivados de la actividad agropecuaria. Y, desde esa perspectiva, creemos que esta carrera es muy pertinente para nuestra región donde, además, hay una actividad agrícola ganadera milenaria por parte de las comunidades indígenas de Atacama La Grande y Alto Loa.
Por otra parte, algunas universidades en el mundo ya están desarrollando iniciativas académicas para la agricultura del desierto, que para nuestra macro zona, que es vestida por el desierto de Atacama, sería muy importante generar investigación en esa línea y, por cierto, formar profesionales para ese desafió.
Solo a modo de ejemplo, acá hay un proyecto inédito para el país, que lo lleva adelante la Asociación de Agricultores Altos La Portada con sus cultivos hidropónicos a base de agua desalada. Eso es una pequeña isla de cómo uno puede desarrollar actividad agrícola en una de las regiones más áridas del mundo. Las hortalizas y frutas derivadas de los cultivos hidropónicos a partir del uso de agua desalada, son hoy por hoy una realidad en nuestra región y tales productos se encuentran entre los supermercados, hoteles y faenas de la región.
–¿Usted cree que la universidad va a acreditar?
“Sí, primero porque UDALBA, que ya tiene más de un año como tal, ha experimentado un profundo proceso de cambio en lo institucional y académico, lo cual se ha evidenciado en los resultados en sustentabilidad económica financiera, matrículas, retención, titulación oportuna, etc. Hemos ido de menos a más. Esta UDALBA no es la misma Universidad Pedro de Valdivia del 2019. Y segundo: una de las cosas más relevantes dentro de esas profundas transformaciones que se hicieron, es haber creado la Vicerrectoría de Aseguramiento de la Calidad y Planificación, haber desarrollado un equipo amplio y competente que le dio dirección al proceso propiamente tal. Con la figura del rector y el equipo directivo más la instancia del directorio, que son parte de las grandes transformaciones que dan cuenta de una nueva Corporación, tenemos la garantía de lo que hemos estado haciendo desde el proceso de autoevaluación hasta el proceso de evaluación por parte de los pares de la Comisión Nacional de Acreditación ha sido muy bien llevado, por cierto, con dificultades, porque ningún camino está exento de dificultades, pero se han ido superando.
-¿Existen proyectos para abrir nuevas carreras el 2024?
“Nosotros tenemos que seguir consolidando el modelo educativo, la modalidad de acceso inclusivo pero selectivo de ingreso a la universidad y, por cierto, los principios que nos inspiran. A mi juicio, el valor de la inclusión, que es un valor muy diferenciador de otras instituciones de educación superior, es un principio que, primero, nos va a guiar por siempre, es nuestra alma mater y respecto del cual hemos logrado alta confianza por parte de los estudiantes, sus familias y nuestros docentes. Si seguimos consolidando ese valor, creo que vamos a seguir desarrollando más oferta académica todavía y no solamente de pregrado, sino también de posgrado. Pero junto con consolidar y también a partir de la acreditación, tenemos insospechadas posibilidades de desarrollo de otras ofertas académicas. En el caso particular de UDALBA Antofagasta tenemos una Facultad de Salud muy potente, yo me atrevo a decir que, salvo la Universidad de Antofagasta, que tiene décadas de desarrollo de la facultad y tiene la cerrera de medicina y sus especialidades, con las otras universidades que están en la región, tenemos una oferta bastante similar en términos de los tipos de carrera, el número de matrícula y los indicadores que tenemos al respecto. Y eso nos anima a decir que tenemos una potente facultad de salud y, por lo mismo queremos reaperturar el 2024 odontología, carrera que tuvimos acá en UDALBA Antofagasta y que, producto de la no Acreditación la vez pasada como Universidad Pedro de Valdivia, no pudimos seguir aperturando.
Y también está la posibilidad de aperturar medicina, que tenemos en otras sedes y, por lo tanto, tenemos capacidad desde el punto de vista académico. Creo que también lo podríamos analizar para el 2024. Y, finalmente, si se consolida en la región la necesidad de más profesores, es posible que reaperturemos también la Facultad de Educación. La Facultad de Educación acá fue bastante potente, pero al igual que Medicina y Odontología requiere que la institución esté acreditada y que creo que eso también va a ser objeto de evaluación durante el 2023 para ver si reaperturamos algunas carreras de educación”.
-Hay hartos proyectos entonces…
“Sí, y más allá de las carreras, en lo que es Vinculación con el Medio nosotros queremos ser una universidad que avance en materia medioambiental, que sea vista el día de mañana como una institución de educación superior que, desde el pregrado y posgrado y, por cierto, desde la investigación y también desde la vinculación con el medio, contribuya a hacerse cargo de los desafíos medioambientales que tiene una región como esta y una buena parte de la macrozona norte. Una parte del desarrollo de nuestra universidad tiene que ser verde, nuestra universidad tiene que ser reconocida como una universidad verde, para allá apunta uno de los grandes proyectos que tenemos, y estas carreras que estamos levantando ahora van en esa línea. Si me pregunta por dónde se perfilan los desafíos más significativos por parte de nuestra universidad, es primero en salud y medioambiente. Estamos contribuyendo con salud fuertemente y podemos seguir contribuyendo también desde el medioambiente. Medicina Veterinaria e Ingeniería Ambiental tienen en común el cuidado de nuestra fauna, de nuestros animales, de nuestros seres sintientes, ahí hay un elemento común que tiene que ver con preservar también nuestra biodiversidad y ecosistema”.
Además, cuenta Volta, la universidad realiza otras constantes acciones de Vinculación con el Medio. Por ejemplo, hicieron atenciones psicológicas a pacientes post Covid, también a profesores de la Corporación Municipal de Desarrollo Social de Antofagasta y van a ejecutar otro proyecto a un público general. “Porque creemos que el tema de la salud mental es una necesidad enorme y tenemos una muy buena carrera de Psicología, tanto en vespertino como diurno que, en conjunto con vinculación con el medio, estamos haciendo proyectos para perfilar una propuesta o respuesta en lo que es salud mental en nuestra región. Ya tenemos esos proyectos. Eso tributa a la docencia, porque muchos de nuestros estudiantes hacen prácticas, pero ahí lo principal es lo que la universidad hace como vinculación con estos actores para dar estas respuestas”.
Y, según explica el vicerrector, a partir de los temas ambientales, la universidad se vincula cada vez más con la industria minera y energética. “Somos parte integrante de la Mesa de Producción del Hidrógeno Verde, como universidad estamos sentados ahí para dar nuestro aporte, también estamos sentados en la Mesa de Cambio Climático en la Región, que es un programa que lleva adelante el gobierno regional junto con el PNUD, y vamos a sentarnos prontamente en la mesa de Estrategia Regional Minera con todas las universidades, el gobierno regional, ministerios pertinentes y la gran industria minera, para ver cómo desarrollamos un plan estratégico de una minería sustentable, de un cobre verde, estamos recién partiendo en eso.
–Esto que me cuenta de una universidad verde es un proyecto que nace a partir de la Universidad del Alba y de su gestión, entonces, no tiene nada que ver con la ex Universidad Pedro de Valdivia.
“Yo no sería tan pretencioso de decir que parte conmigo, porque yo más bien recogí buena parte de las inquietudes del equipo regional, que es un muy buen equipo. Hay personas nuevas, pero buena parte existía de antes. Y yo lo que he hecho es abrir la perspectiva de la universidad. Como fui Intendente Regional, tengo un conocimiento previo de la región y, por lo tanto, cuando me hablan de vinculación con el medio, de crear carreras y de hacer investigaciones y de que nuestra misión es constituirnos en una universidad regional que sea capaz de dar cuenta del territorio en el que está instalado, a mí no me cuesta abrir la universidad en este otro inmenso territorio que es la Región con toda su diversidad. Por tanto, a la capacidad ya instalada, yo más bien agregué la necesidad de abrir más la universidad en el entorno en el que se encuentra. La gente a veces no tiene por qué conocer su entorno tan ampliamente como lo conocí y, por lo tanto lo que yo hice fue abrir, fue conversar con mi equipo para decir ‘existe todo este otro mundo de posibilidades’.
-Qué va a significar en la práctica el que la universidad sea acreditada.
“Si acreditamos es porque en los ámbitos institucionales y docencia de pregrado, ya habrán sido evaluados por el Consejo Nacional de Acreditación con un buen estándar de calidad, por tanto, hay que seguir desarrollando la institución en otros ámbitos, en el ámbito de la investigación y, por cierto, en el ámbito de la vinculación con el medio. Y en el área de la vinculación se hace cada vez más importante la internacionalización de la universidad, lo que yo denomino mucho más ampliamente la “globalización”. Y nosotros como UDALBA Antofagasta estamos en una Región que es de suyo global, lo ha sido históricamente. Esta es una de las regiones que tiene más diversidad migrante, aquí usted va al liceo de hombres de Antofagasta, que es donde yo estudié y encuentra cursos con una docena de nacionalidades, porque acá a la ola latinoamericana de migrantes de los últimos 20 o 30 años, porque peruanos y bolivianos siempre ha habido acá, así como hay chilenos en Tacna o en Santa Cruz, también hubo una oleada europea muy fuerte y presencia asiática muy fuerte, china, coreana, en fin. Es una de las regiones más diversas desde el punto de vista migratorio y también tenemos una región que está ubicada en la llamada zona de integración del centro oeste de Sudamérica, que es la famosa ZICOSUR.
La región de Antofagasta, que es un pivote, un puente entre el noroeste de Argentina, el Paraguay, el sur de Brasil, todo hacia el este, mirando hacia el Atlántico, el sur de Bolivia y el sur del Perú, con el Asia Pacífico, justo estamos en ese corredor que se llama corredor bioceánico de Capricornio. Esa zona de integración va a ser nuestro espacio natural de globalización como universidad y así al menos le pareció al rector y al directorio. Nuestra globalización va a ser amplia, con España, con Colombia, ya tenemos esos convenios. Nosotros como UDALBA Antofagasta queremos sumar a ese proceso internacionalizador, que si bien es cierto es más acotado en un ámbito territorial también es muy amplio, que sería contribuir a conectar a Asia Pacífico con esta otra parte de Sudamérica, que no es solamente intercambio económico, sino también de personas y, por cierto, nos interesa tener estudiantes argentinos acá, peruanos bolivianos, brasileños y ojalá chilenos allá; y también chinos y coreanos acá, y viceversa. Nuestra mirada de desarrollo en el ámbito de vinculación con el medio internacional no es Norte-Sur; nuestra mirada es Este-Oeste, porque nuestra posición geográfica nos permite eso y hay que aprovecharla. Por algo China tiene la embajada en Santiago y el único consulado en Iquique. Y ese consulado es para Arica, Iquique y Antofagasta ¿por qué? porque esta zona les interesa. Y si esta zona les interesa a China, entonces ¿por qué a nosotros, digo yo, no nos habría de interesar China? ¡Con mayor razón! Todas las regiones miran de arriba abajo (Norte-Sur), nosotros también vamos a mirar de un lado para el otro (Este-Oeste).