Daniela Raffo, Académica de la Escuela de Enfermería de UDALBA.
En estos momentos UDALBA está en un proceso clave para la institución, conocido y temido; la Acreditación Institucional. Este proceso largo, laborioso, complejo, y frustrante en ocasiones, podría llegar a tener ominosas recompensas, tanto para la institución en general como para cada uno de sus colaboradores.
Los procesos de acreditación suponen una mirada reflexiva y crítica al ser interno de la institución, generando una evaluación de los distintos aspectos que contribuyen al objetivo final de ésta, que es la calidad de enseñanza.
Como entidad educativa, nuestro fin último siempre serán los estudiantes, quienes depositan su confianza, esfuerzo y tiempo en nosotros, y es por esta misma razón que debemos pasar esta prueba máxima de la mejor manera posible.
¿Pero qué significa la acreditación? Este proceso tiene muchos beneficios para la institución. En primer lugar, dado que parte desde la autoevaluación, permite detectar las situaciones problemas en los procesos académicos que puedan dificultar el logro final de los objetivos estudiantiles. Estas brechas se pueden dar en diversos ámbitos universitarios, como la administración financiera, los recursos físicos, humanos, disponibilidad de plataformas e-learning, etc. En resumen, todos los aspectos que de una u otra manera afectan la calidad de la enseñanza. Luego de esta detección de debilidades podremos generar procesos virtuosos de mejora de la calidad de nuestra enseñanza e, idealmente, generar el hábito de la evaluación permanente orientado a la mejora continua.
También es clave la imagen externa de la Institución y las posibilidades de empleabilidad que pudieran tener nuestros egresados. La obtención de la acreditación institucional significa que lo hacemos bien educando. Esto genera la confianza en nuestros futuros estudiantes que podrán elegir UDALBA con la confianza necesaria en su calidad. También influye de una manera similar en otros stakeholders, como los empleadores, quienes podrán asegurar que incorporan personal de calidad en sus entidades.
Por último, pero no menos importante, para nosotros los colaboradores, quienes somos el motor que da vida a esta institución, ver que el esfuerzo puesto en las mejoras, y en el cumplimiento de metas ha llegado a concretarse en ese importante momento de la acreditación… ¿Qué más orgullo que poder decir “yo formo parte de este logro”?
La acreditación es una tarea de todos y todas, por lo que es un esfuerzo conjunto que se pondrá a prueba en las próximas semanas.
Daniella Raffo, Académica de la Escuela de enfermería de UDALBA.
En estos momentos UDALBA está en un proceso clave para la institución, conocido y temido; la Acreditación Institucional. Este proceso largo, laborioso, complejo, y frustrante en ocasiones, podría llegar a tener ominosas recompensas, tanto para la institución en general como para cada uno de sus colaboradores.
Los procesos de acreditación suponen una mirada reflexiva y crítica al ser interno de la institución, generando una evaluación de los distintos aspectos que contribuyen al objetivo final de ésta, que es la calidad de enseñanza.
Como entidad educativa, nuestro fin último siempre serán los estudiantes, quienes depositan su confianza, esfuerzo y tiempo en nosotros, y es por esta misma razón que debemos pasar esta prueba máxima de la mejor manera posible.
¿Pero qué significa la acreditación? Este proceso tiene muchos beneficios para la institución. En primer lugar, dado que parte desde la autoevaluación, permite detectar las situaciones problemas en los procesos académicos que puedan dificultar el logro final de los objetivos estudiantiles. Estas brechas se pueden dar en diversos ámbitos universitarios, como la administración financiera, los recursos físicos, humanos, disponibilidad de plataformas e-learning, etc. En resumen, todos los aspectos que de una u otra manera afectan la calidad de la enseñanza. Luego de esta detección de debilidades podremos generar procesos virtuosos de mejora de la calidad de nuestra enseñanza e, idealmente, generar el hábito de la evaluación permanente orientado a la mejora continua.
También es clave la imagen externa de la Institución y las posibilidades de empleabilidad que pudieran tener nuestros egresados. La obtención de la acreditación institucional significa que lo hacemos bien educando. Esto genera la confianza en nuestros futuros estudiantes que podrán elegir UDALBA con la confianza necesaria en su calidad. También influye de una manera similar en otros stakeholders, como los empleadores, quienes podrán asegurar que incorporan personal de calidad en sus entidades.
Por último, pero no menos importante, para nosotros los colaboradores, quienes somos el motor que da vida a esta institución, ver que el esfuerzo puesto en las mejoras, y en el cumplimiento de metas ha llegado a concretarse en ese importante momento de la acreditación… ¿Qué más orgullo que poder decir “yo formo parte de este logro”?
La acreditación es una tarea de todos y todas, por lo que es un esfuerzo conjunto que se pondrá a prueba en las próximas semanas.