Hace poco más de un año, el jueves 29 de abril de 2021, nuestra casa de estudios superiores inició su Proceso de Autoevaluación Institucional.

En una ceremonia telemática a la que se conectaron más de 500 personas de todas nuestras regiones –por entonces aún nos encontrábamos en cuarentena-, el Rector Rafael Rosell Aiquel llamó “a hacer el trabajo bien hecho y en unidad”.

El acto contó con la presencia virtual de la consejera del Consejo Nacional de Educación (CNE), Cecilia Sepúlveda Carvajal, y de las máximas autoridades de la Universidad. Además de las palabras del Rector, también entregó un mensaje el Vicerrector de Aseguramiento de la Calidad y Planificación, Miguel Lecaros Sánchez.

Por su parte, el miembro del directorio y académico Mario Letelier Sotomayor dictó la charla “Procesos de Acreditación Institucional y Certificación de Carreras”, en la que acentuó, que más importante que el fin en sí mismo de obtener la acreditación, es demostrar que los cambios que se están aplicando son parte de “una forma de pensar, sentir y actuar dentro de la institución”.

“HACIENDO EL CAMINO”

En el inicio de este proceso, que tras un año ya entra en tierra derecha, el Rector Rosell recordó que cuando las nuevas autoridades asumieron, en mayo de 2019, “dije que si no existe un camino, haremos uno, frase que pertenece al general cartaginés Aníbal Barca, y que concentra muchísimo de lo que estamos haciendo hoy (…) La Universidad, en su resiliencia, comprende perfectamente cuando no existe un camino y hace uno nuevo. Estamos haciendo un camino donde no había, y lo tenemos que hacer unidos, con resiliencia, que es uno de nuestros sustratos, y con calidad. Más simple aún: con el trabajo bien hecho. No hay que ponerle ningún otro nombre”.

En esa línea, añadió que “si actuamos con unidad, compromiso, si hacemos el trabajo bien hecho y tenemos el camino abierto, no les quepa la menor duda de que esta Universidad será un aporte importante para la sociedad chilena por nuestro concepto de inclusión, solidaridad y humanidad”.

En esa ocasión, el Vicerrector de Aseguramiento de la Calidad y Planificación, Miguel Lecaros Sánchez, quien lidera el proceso de autoevaluación, explicó que “nos ponemos a disposición para que la comunidad externa nos mire y nos diga que lo estamos haciendo bien. Siempre es posible mejorar los procesos, pero si las cosas las hacemos bien, es una condición sine qua non que la comunidad externa nos mire con respeto, como un aporte para la sociedad. Inclusión, solidaridad y humanidad, la mirada desde lo humano, desde la persona, eso hace que una institución sea grande y permanezca en el tiempo”.

“EL MODELO DE CALIDAD ES UNA FORMA DE PENSAR, SENTIR Y ACTUAR”

En su ponencia “Procesos de Acreditación Institucional y Certificación de Carreras”, el académico Mario Letelier Sotomayor, ingeniero civil mecánico, director del Centro de Investigación en Creatividad y Educación Superior de la Universidad de Santiago, y miembro del directorio de la Universidad del Alba, comenzó dando cuenta de su experiencia respecto del tema.

Letelier Sotomayor fue parte del Consejo Superior de Educación en los años 90, y luego integró la Comisión Nacional de Acreditación de Pregrado (CNAP), organismo en el que se mantuvo durante sus ocho años de existencia (1999-2007). También, hizo mención de sus dos años en la actual Comisión Nacional de Acreditación (CNA) y como parte de las comisiones visitantes de pares a instituciones. De hecho, en la última acreditación institucional de la Universidad de Chile fue el presidente de la Comisión de Pares que estuvo a cargo de esa evaluación.

Desde esa experiencia, el doctor de la Universidad de Toronto planteó que es fundamental que nuestra Universidad considere la acreditación institucional “como un factor fundamental para su desarrollo, como una manera de demostrar que hacemos las cosas bien, y no como un fin en sí mismo”. Además, expuso que entre las ventajas de la acreditación institucional está “que tanto a nivel nacional como internacional no da lo mismo que una universidad esté acreditada o no. Es un sello de calidad”.

Letelier añadió en ese acto inaugural que el proceso de acreditación institucional “partió en enero de este año (2021) y culmina en 2022”.

Además, destacó la importancia del proceso de certificación de cinco carreras -Enfermería, Odontología, Medicina Veterinaria, Psicología y Derecho-, etapa que en ese momento estaba en marcha y que, como sabemos, en diciembre de 2021 culminó exitosamente con las cinco carreras certificadas por la Agencia Internacional Aespigar.

“La Universidad ha hecho grandes esfuerzos para demostrar que el proyecto educativo es una realidad, que se monitorea, que hay indicadores y, por lo tanto, hay una consistencia significativa entre propósitos, actividades y resultados (…) Desde que me incorporé al directorio he enfatizado, he insistido en que la universidad debe demostrar un compromiso muy serio con el aseguramiento de la calidad, debe tener un modelo de calidad bien definido, demostrar que lo está aplicando y que es una forma de pensar, sentir y actuar dentro de la institución”.